PALM SPRINGS (2020) – RESEÑA

Palm Springs

¿Qué tan valiente hay que ser para que tu primera película de ficción sea una comedia romántica sobre bucles infinitos? Intentando responderme yo mismo llego a la conclusión de que más que valentía se requiere confianza en; uno, lo que está escrito en el guion, dos, tu capacidad de traducir el guion en una comedia efectiva visualmente, y tres, la posibilidad de conseguir los talentos que se requieren para mostrar la muy importante parte humana de la comedia, pues al final nadie se ríe de algo sobre lo que no se identifica.

“Palm Springs” es la primera película de ficción de su director Max Barbakow y su guionista Andy Siara, y lo que me parece mejor sobre esta es el hecho de que verdaderamente logra resaltar dentro del muy concurrido espacio en que se encuentra. O sea, estamos hablando de una comedia romántica, que a la vez, desde su tráiler, sabemos que se desarrolla en la inmensamente predecible trama de días repetidos. Y aunque por momentos la cinta se permite utilizar elementos que se pudieran considerar cliché, lo hace con tal conocimiento propio que hasta esos instantes se aprovechan para un par de risas.

Palm Springs 2

Quizás lo que intento decir es que la película es inteligente, sabe que no es la primera ni será la última en andar esos caminos, y por lo tanto nos intenta decir muy alto que esos puntos que sentimos repetidos no son la razón por la cual nos va a encantar, sino aquellos que sí logran despertarnos, aunque sea la más ligera chispa de consciencia entre sonrisas. Y lo sentí desde un principio, aunque el sentimiento se volvió más fuerte mientras llegábamos al segundo acto, aquellos momentos de realización, sarcasmo y el constante recordatorio de que a veces la vida debe sentirse relajada eran la razón por la que me sentía tan contento al verla.

Las constantes verdades eran acompañadas de reacciones reales a situaciones que probablemente nunca nos sucedan, como si sintieras que eso mismo es lo que tú harías en esa posición. Y para enfatizar ese punto, entonces se muestran vulnerables e imperfectos todos los personajes. Detrás de las carcajadas se encuentra un poderoso sub-texto de cómo nos hacemos presos de nuestras propias carencias y defectos, y peor aún, cómo nos acomodamos a esa prisión y muchas veces andamos por ahí en una perfecta burbuja de imperfección. Hasta un día.

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Andy Samberg es tan natural en la comedia que he comenzado a creer que sus papeles realmente tienen su propia personalidad, quisiera conocerlo algún día para ver si es así. Pero emparejado con Cristin Milioti, se ve forzado a cargar momentos que no necesariamente caben en el recuadro de lo que hemos visto anteriormente de él. Me encantaron los dos juntos. Me parece curioso el momento en que se estrena esta película, donde todos hemos sentido de alguna forma que todos los días son iguales, y muchos seguro nos hemos escondido en el aislamiento para escapar. ¿Estaremos cómodos ya? ¿O estamos buscando la forma de salir?

Calificación personal: 8/10.