SUCCESSION: TEMPORADA 2 (2019) – RESEÑA

Succession Season 2

Debo de admitirlo, mientras más pienso en “Succession”, más me gusta. Su segunda temporada es sustancialmente mejor que la primera, pero su calidad recae en cierta forma a todas las relaciones y matices que fueron creadas y desarrolladas en el curso de su primera entrega, así que debo darle más crédito.

Llegue a la conclusión de que lo que ocurre con Succession, es que no hay nada igual, es la definición pura del género mixto “dramedy”, donde la comedia está tan atada al humor negro que de alguna forma sigue siendo parte del drama. Definida por un montón de actuaciones espectaculares, todos desde Brian Cox como Logan Roy hasta Kieran Culkin, Jeremy Strong, Sarah Snook, Matthew Macfadyen y Nicholas Braun como Roman, Kendall, Shiv, Tom y Greg, respectivamente, forman parte de un elenco perfecto que es parte de la propia esencia de la serie.

¿Por qué de la esencia? Porque sus capítulos están completamente estructurados en 1. Situaciones incómodas; 2. Problemas interminables; y, 3. Relaciones interpersonales totalmente fallidas; todo apoyado con un tremendo guion. Pero lo que me encantó sobre su segunda temporada por igual es que profundiza un poco más en la relación de estos hermanos, por qué son como son, y como influyeron sus padres en la disfuncionalidad de su familia.

Los Roy no se sienten lejanos, sino todo lo contrario, son tan reales que su pasado se les sale por los poros, sus decisiones van alineadas a sus vivencias pasadas. Qué pesadilla sería vivir en el 1% sí es de esta manera. Me encanta como de alguna forma no hay protagonistas, y nosotros como audiencia tenemos la libertad de elegirlos. Para mí es Kendall, su historia de redención y superación ocupa el mayor espacio en mi espectro, pero mi madre que tensión con todo lo demás. No hay villanos acá, cada quien batalla sus propios demonios, mientras otros se forman. Chequéenla señores, y ténganle paciencia, que la necesitarán. Shoutout a Daniel Pérez Peynado, que tiene como desde 2018 diciéndome que la vea.

Calificación personal: 9/10.