La primera serie de televisión que veo en un idioma distinto al inglés o español. Dark, la primera producción alemana original de Netflix, un gigante que ha pasado de ser un simple servicio de transmisión en línea hasta ser una compañía de mucho contenido de calidad. Definitivamente este es el caso con Dark, una serie que nos presenta, increíblemente, algo nunca antes visto narrativamente.
Ubicada en un pequeño pueblo alemán, la serie de crimen, misterio, drama y suspenso nos presenta una intrigante historia dividida en arcos temporales. Pero lo interesante no es el hecho de que capítulo tras capítulo vas descubriendo y comprendiendo aquel complicado desarrollo de eventos que tiene la serie, sino que la misma naturaleza de lo que se cuenta permite la interacción expositiva de la extremadamente complicada línea del tiempo.
Cada capítulo, la historia crea una impresión por aquellos totalmente inesperados giros, y si no es por los giros, entonces la impresión se devenga de aquella extremadamente buena ejecución del desarrollo de los personajes. Todos actúan y se comportan perfectamente acorde a lo que les va ocurriendo o descubres que les ocurrió. Técnicamente formidable, con una delicada dirección que te sumerge en aquel contexto sui generis. Una banda sonora espectacular e íntegramente fuera de lo convencional.
Por último, pero definitivamente no menos importante, la serie cuenta con una elección de elenco que puede ser utilizada para definir la palabra perfecta. Cada actor y actriz y sus contrapartes temporales caen como anillo al dedo a sus personajes. En fin, Netflix, de las manos de Baran bo Odar y Jantje Friese, creadores de la serie, han estructurado una impecable historia sobre el pasado, presente y futuro, la psicología y los pensamientos detrás de los actos de una persona, la pérdida, el viaje en el tiempo, el destino y el azar. El tiempo y sus implicaciones. Sencillamente imperdible.
Calificación personal: 9/10.