Dirigida por Rian Johnson. Como siempre digo antes de comenzar a hablar de esta amada saga, puede que mis comentarios se vean afectados por la infinita obsesión que tengo con todo lo ocurrido en aquella galaxia muy muy lejana. The Last Jedi, convirtiéndose en la película de Star Wars con el mayor metraje, nos muestra una historia dividida en arcos narrativos para desarrollar cada uno de nuestros personajes favoritos.
Siendo la perfecta continuación de The Force Awakens, logra sumergirnos en una incertidumbre sobre el destino de todo lo que estamos viendo de manera excepcional, para llevarte a hechos totalmente impredecibles pero de cierta forma reales y perfectamente conectados a ese sentimiento único de nostalgia, emoción e impresión que Star Wars sabe causar.
La película inicia dando la impresión como que no conoce su propio camino y se introducen momentos de comedia que no son del todo exitosos. Así como también, un arco en específico de la historia permanece estático durante gran parte del filme, creando redundancia y desinterés por parte de la audiencia queriendo llegar solo al “good stuff” hehe. Con efectos visuales incorregibles, una pelea de lightsabers que termina siendo el momento más emocionante de la película, geniales secuencias de guerras espaciales, nuevas criaturas, nuevos planetas, nuevas atmósferas increíblemente nunca antes vistas dentro de este universo, todo esto perfectamente colocado en aquella historia torcedora de géneros.
Traza el camino a través de la acción, el drama y el misterio. The Last Jedi permite conectar con la esencia de lo que es Star Wars sin sentir que algo se repite como se sintió en The Force Awakens. Kylo Ren se convierte, en mi opinión, en el mejor personaje que se ha creado en la saga completa, en términos de complejidad y profundidad. Luke se destaca grandemente para darnos definitivamente una de las mejores instalaciones que ha tenido la saga, y discutiblemente el mejor final que también ha tenido.
Calificación personal: 9/10.