Dirigida por Guillermo Del Toro y protagonizada por Sally Hawkins, Doug Jones, Richard Jenkins, Octavia Spencer y Michael Shannon. Una película realizada con la delicadeza necesaria para enamorarte. La genialidad de The Shape of Water radica en su hermosa capacidad de tratar una infinidad de temas y discursos mientras cuenta una peculiar historia de amor y no intenta ser muy inteligente sobre ello.
Suena más fácil de lo que realmente es, pues el filme, cuenta con unos perfectamente colocados homenajes al cine de fantasía, a los musicales de un Hollywood antiguo, al cine de monstruos y ese ya estructurado género de romance entre una Bestia y una Bella. Con personajes increíblemente estructurados e identificables dentro de la misma audiencia, no es la típica historia donde todo es perfecto en principio y todo termina perfecto en final.
Sabe recorrer su camino para mostrarte, como escuché por ahí, un cuento de hadas para adultos. Técnicamente impresionante con un manejo del sonido perfecto, una iluminación hermosa y atrapa ojos, una colorización bien pensada para darle significado a la utilización de colores como el rojo, azul y verde, queriendo representar el amor, el cine, la vida, tu verdadero lugar en el mundo y lo sombrío, respectivamente. Efectos visuales para dejarte boquiabierto. Hawkins interpreta una mujer viva y real, de alguna forma inigualablemente colocada en este mundo que se tuerce entre la fantasía y la realidad.
Jenkins, Spencer y Shannon dan vida de manera inmejorable a sus personajes todos con un propósito que trasciende a lo que se cuenta y se convierte en “¿qué Del Toro me quiere decir con esto?” Tratando discursos como la vanidad, el racismo, lo verdaderamente importante en la vida, el porqué de lo que hacemos y el amor. Todo en esta película es sobre emoción, y todo, hasta lo más mínimo, tiene un significado de ser y estar. En fin, Del Toro ha podido darnos un homenaje al cine, pero más importante, una auto-reflexión disfrazada de romance.
Calificación personal: 9/10.