Me parece curioso el tiempo que me tomó finalmente ver “The Aviator”, pues aun bajo las inmensas expectativas de una película de Martin Scorsese protagonizada por Leonardo DiCaprio, no la sentía primordial. Definitivamente no sabía lo que me esperaba, iniciando con una de las mejores actuaciones de la carrera de DiCaprio, un statement que pesa mucho tomando en consideración todo lo que ha hecho Leo.
Lo que ocurre es que la vida de Howard Hughes fue tan impresionante, que descifrar al ser humano detrás y traerlo frente a la cámara era una tarea de gigantes. Y en ese mismo camino, me sentía un completo ignorante con Hughes, su legado e historia llegan mucho más allá de lo que me imaginaba, un constante anarquista, en contra de todo lo predispuesto, los monopolios y las formas convencionales de hacer las cosas.
No es coincidencia que su riqueza lo haya llevado al negocio de volar, y al otro de crear universos y sueños a través del cine. El montaje de la película atrapó mucho mi ojo, y me causaba ruido el estar consciente de ello aunque me impresionaba lo audaz, para luego enterarme que ganó el Oscar en esa categoría, junto a 4 más.
Cate Blanchett me encanta, y aunque por alguna razón no sentí aquella vibra de Scorsese en la cinta, me dio la impresión de que esta vez el director dejó a todos los demás departamentos brillar. El metacine siempre será de mis géneros favoritos, pero hasta el día de hoy sigo asombrado con lo sin límites que fue la vida de Hughes, cualquiera queda loco.
Calificación personal: 8/10.