Dirigida por J.A. Bayona y protagonizada por Lewis MacDougall, Felicity Jones, Sigourney Weaver y Liam Neeson. Pocas palabras definen un sentimiento. La nueva propuesta de Bayona nos hace sentir emocionalmente estremecidos al contarnos la historia de un niño pasando por lo imposible y como su pequeña gigante mente asimila todas estas tragedias refugiándose en un mundo único.
La delicadeza en la dirección de Bayona va totalmente de la mano con cada uno de los momentos de la película, desde la tristeza, hasta la alegría, hasta la ira, hasta el amor. Y aunque presenta un tema muy real con reacciones extremadamente entendibles, nosotros como audiencia queremos refugiarnos junto a Conor de nuestras verdades.
Es increíble como MacDougall, un niño de solo 14 años nos da esta increíble interpretación dramática opacando a actores de alto calibre que por igual se encuentran en el filme y cargando el mismo en sus hombros hasta el final. La película baja de tono de vez en cuando pero aquella historia te pone a reflexionar en estos momentos, ¿acaso es de cobardes querer que el sufrimiento pare?
El niño busca formas, a través del monstruo, de no sentirse culpable por la verdad que sabe que quiere y aprende a amar, saber que hay varios puntos de vista de una misma historia y a dejar ir. Los dejo con una frase de la película: “Los humanos son bestias complicadas. Creemos mentiras consoladoras sabiendo muy bien las verdades que hacen que esas mentiras sean necesarias. No es importante lo que pienses, solo es importante lo que hagas.”
Calificación personal: 9/10.