Dirigida por Patrick Hughes y protagonizada por Ryan Reynolds, Samuel L. Jackson, Elodie Yung y Gary Oldman. Una película sin rumbo, que nos muestra una historia de acción, comedia, drama y romance y al mezclar todo esto raya en lo ridículo de mala manera. Intenta establecerse como sátira pero los momentos serios desploman aquella idea.
Lo que ocurre con este filme es que por momentos es entretenido ya que logra sacar carcajadas de los espectadores así como también algunas secuencias de pelea, no todas, están bien logradas. Pero aquella moral que intentan introducir en los personajes principales, como la inclusión del romance en sus historias y sus motivos, son disfuncionales. Reynolds y L. Jackson logran una buena química en escena y el magistral Oldman se permite a sí mismo destacarse como uno de los pocos aspectos positivos de la película, mostrándonos un villano espléndidamente interpretado.
Sin embargo, lo que termina de hacer la película insoportable es aquella fotografía, totalmente desenfocada por momentos y desagradable a la vista. Las luces se veían desplayadas y no había fluidez en el paso de las imágenes, como también se utilizaron unos efectos visuales baratos que son inaceptables en el actual cine de entretenimiento.
Calificación personal: 5/10.