Hablemos sobre la que para mí es la serie documental más underrated de Netflix, “Abstract”. Específicamente su segunda temporada, donde, al igual que la primera, nos aventuramos a conocer mentes brillantes del diseño al rededor del mundo, todos en áreas muy distintas, pero que de alguna forma se alinean a la vista de que para crear algo, lo que sea, debes de confiar 100% en tu capacidad de hacerlo.
Cuando veo “Abstract” de alguna forma no es solo por el cine y/o mis ganas de apreciar este medio audiovisual, más bien es educacional e inspiradora. Todas las caras que vemos acá han logrado labores excepcionales en sus respectivos dominios del diseño, y su confianza en su trabajo te hace sentir la fluidez con el camino en el que están.
Cuando veo “Abstract”, cuestiono absolutamente todo lo que conozco sobre el éxito, me doy cuenta la cantidad de diferentes tipos de vidas que hay allí afuera y lo distintas que pueden ser de la mía. Pero para mí lo que hace trascender esta serie, y volvemos al aspecto técnico de esta, sus gemas ocultas, son los directores de los episodios. Que logran estructurar los mismos para que vaya en completa sincronía con el trabajo y la personalidad de la persona, valga la redundancia, que estamos viendo.
Suena simple, pero hay que verdaderamente llegar a conocer un individuo para poder mostrar su arte de una forma lo suficientemente atractiva como para mantener una audiencia enganchada. “Abstract” no se apega para nada a los parámetros de su género, al igual que las personas objeto de sus episodios, la propia serie se desafía para mostrarnos el diseño de una forma distinta. Espectacular.
Calificación personal: 8/10.