Quienes somos es una pregunta en constante transformación, tanto que cuando nos sentamos a mirar atrás, la nostalgia se puede sentir caótica, hasta el punto de desconocer quién solías ser. Pero también hay una fortaleza única en mirar atrás con valentía, encontrar lo que te hizo ser quien hoy eres y mostrar las sombras con el mismo orgullo que las luces. “All the Beauty and the Bloodshed” nos trae la vida de la artista y activista Nan Goldin, que más allá de indescriptible, resulta impresionante su capacidad de interconectar los eventos que la hicieron ella.
La familia juega un papel primordial en nuestro trayecto, mucho de lo que somos inicia y termina allí, pero en la ausencia de figuras que incluso puedan/tengan la convicción de aunque sea intentar brindar un camino “correcto”, se abren las puertas a todo. Las posibilidades son infinitas, o así lo fueron para una Nan Goldin obsesionada con la fotografía, en Estados Unidos durante los años 70 y 80, luego de que una tragedia familiar la obligó a separarse cada vez más de sus figuras paternales. Su trayecto inicia en su familia, pero incluso su concepto de familia se transforma con los años.
Laura Poitras nos muestra con una sutileza única, y un balance perfecto entre el pasado y el presente, la propia realización de Goldin de su vida. Como si el documental le diera las fuerzas de abrirse, la narración de su protagonista se siente dolorosa, destructora y quebrada. La película utiliza, y dedica gran parte de su metraje al propio trabajo de Nan Goldin para auto-mostrarse. La fotógrafa se dio a conocer en el mundo artístico por sus exhibiciones en formato de diapositivas. No hay mayor drama que vivir, y Goldin fotografiaba su vida y quienes le rodeaban, y lo mostraba sin tapujos.
Es aquí donde el documental entra en materia, la vida de Nan Goldin se vio cartografiada por las comunidades marginales. Una artista que pertenecía a la comunidad LGBTQIA+, en los años 70 en Estados Unidos, sin lujos ni apoyo familiar, estaba expuesta a todo. Desde cajera a prostitución, el documental no aguanta ningún tapete sobre lo que formó y lo que vivió Goldin. Y desde allí, una joven fotógrafa encontrando su lugar en un mundo inadaptado a las minorías, se enciende la llama para el activismo que transformaría su dolor, en arte.
Pero no todo es nostalgia, a la vez que conocemos a su protagonista mientras ella se conoce a sí misma en un viaje por el pasado, también vemos su trabajo en el presente. Luchar contra la familia Sackler (fundadores de Purdue Pharma y principales promotores del Oxycontin, medicamento protagonista en la crisis de opioides de Estados Unidos). Esta lucha no sale de la nada para Goldin, quien también sobrevivió a la adicción al Oxy, algo que más de medio millón de estadounidenses lamentablemente no pueden decir.
Es esta pelea, y las imágenes de Nan Goldin en el presente, que nos muestran aquella verdad en sus ojos, su dolor viene de todo lo que vivió y todo lo que sufrió, ella y toda la gente que le rodeó. La adicción, el VIH, y un estilo de vida insostenible la dejó sola en una sociedad que no estaba lista ni para aceptarla ni para escucharla. Una sociedad que hoy, en 2023, sigue batallando los estigmas que estancaban y siguen estancando a las comunidades marginales. Y era impresionante pensar que así como Nan nació para contar su historia a través de sus fotos, hay millones con su mismo trayecto.
Entre música y un sonido que conoce cuando mostrarse y revelar, el documental cuestiona nuestros propios estigmas y predisposiciones. La labor de preservación durante todos estos años del trabajo de Goldin es impresionante, y el agudo montaje llevado a la perfección para que cada imagen nos comunique más que incluso la narración, da ganas de aplaudir en plena vista. No conocía el trabajo de Nan Goldin, quizás porque incluso en su renombre en el mundo de la fotografía, sigue siendo marginal. La realidad es que no me puedo imaginar la cantidad de historias que debe tener.
No es hasta los últimos minutos que el documental sella su posición como, indudablemente, lo mejor de 2022. Pues cerrando un círculo completo, Goldin encuentra la relación y la verdad entre el evento que marcó su vida para siempre a muy temprana edad, y lo que fue el resto de su vida. Todos venimos de padres con defectos, muchos incluso los tenemos nosotros mismos, como si la conducta fuese genética. Pero “All the Beauty and the Bloodshed” es prueba de que en los lugares más oscuros e impredecibles, existe la belleza más hermosa. Obra maestra.
Calificación personal: 10/10.