La mafia siempre ha sido algo generacional, y aunque por efecto la relacionamos a la historia de Estados Unidos, la gran mayoría de nuestras historias y nuestro pasado se han visto tocadas por algún tipo de crimen organizado. En mi caso es una cierta obsesión por el tema, la idea de que varias familias criminales hayan tenido la capacidad de controlar gran parte del aspecto económico de la ciudad más importante del mundo se vuelve tan apasionante como el descubrir cada aspecto de como funcionaba esta mecánica de corrupción y las caras detrás de ella.
Sin embargo, siempre he sobre-analizado la razón por la cual la Mafia Italiana se volvió tan icónica y atractiva para la media convencional, las películas, los casos, las personalidades, no solo buscan arrojar luz a un inframundo criminal, sino alimentar un morbo general que existe con este tema. Sin dudas antes de los italianos otros controlaban, los irlandeses, etc… Pero la era dorada de la Cosa Nostra en Estados Unidos se emparejó con el ascenso de la media, la televisión y el inicio de un nuevo tipo de cine, cuando murió el sistema de los estudios.
Esto hizo que aquellos cineastas con las agallas suficientes como para contar estas historias se aprovecharan de un momentum, hasta el punto de que muchas de ellas se volvieran de las mejores películas de todos los tiempos, y una pieza clave del cine norteamericano. Todo por la curiosidad de las masas. Quizás hay muchas otras razones, pero esa es mi propia forma de explicar por qué aun en el 2020 nos vemos tan inclinados al contenido de crimen organizado y corrupción.
“Fear City: New York vs. The Mafia” muestra una mínima parte de lo que fue el enfrentamiento de las autoridades para con las muy llamadas cinco familias, pero lo apasionante de este documental es que aunque muestra poco, nos enseña cual fue el primer paso, y las tácticas utilizadas por los federales para finalmente ajusticiar a estos mafiosos. Viendo la serie te dices a ti mismo como era cuestión de tiempo, pero a la vez te quedas totalmente impresionado con las aristas y lo lejos que llegaban (o llegan, quien sabe), los tentáculos de tan solo cinco jefes criminales.
La otra gran hazaña en mi opinión, que aunque soy fanático sigo siendo un amateur en el tema, es mostrarnos una gran parte de los estratos que existían dentro de las familias. Cómo operaban, quienes operaban y cual era la cadena de mando. De alguna forma todo se sentía como que me estaban dando a probar pero no me terminaban de entregar el plato completo. La vi de una sentada, y por lo tanto mi única queja es que es demasiado corta, quiero saber y abundar más, quizás no sobre el proceso, pero sí sobre lo que ocurría dentro. Tremendo como restauraron las cintas y escuchábamos a estos personajes hablar.
Calificación personal: 8/10.