Dirigida por Peter Farrelly y protagonizada por Viggo Mortensen y Mahershala Ali. Ganadora del gran premio a Mejor Película en el National Board of Review y los Producers Guild Awards, por lo tanto desde ya una de las favoritas para este mismo premio en los Oscar. El éxito de “Green Book” recae dentro de algunos puntos muy identificables que se definen como la naturaleza de su historia y sus personajes, la elaboración de su guion y aquellas impecables actuaciones.
Ubicada en Estados Unidos durante 1960, la película cuenta la historia real de como surge la amistad entre un bouncer Italo-americano de clase media y un pianista afroamericano de clase alta, cuando este último contrata al primero como chofer en un tour por el sur del país. Un road movie donde el aspecto racial y la sexualidad del personaje secundario se manejan como bombas de tiempo para detonar los puntos de conflicto. Aquella temática da a lugar a que el filme se maneje con una corrección política inmensa al presentarnos personajes que solo aparentan ser conflictivos.
En una película donde es tan fácil identificar lo que está bien de lo que está mal, entonces nos otorgan un guion donde reina el diálogo. Un guion con pocas falencias y que se adapta a su línea de tiempo a la perfección y a la par con su diseño de producción. Cada interacción entre personajes, palabras intercambiadas y gestos, iban sincronizadas con los espacios presentados, carros, interiores, exteriores y ciudades y/o pueblos, todo se remontaba a la época de manera excepcional.
En fin, un último aspecto hace que “Green Book” no sea una simple película para hacernos sentir bien y hecha a la medida para los premios, y es aquella incomparable química entre Viggo Mortensen y Mahershala Ali, un duo hecho en el cielo y a quienes daba gusto ver compartir escenas. Sin duda de las mejores interpretaciones del año, ya que se apoyan entre sí para llevar tensión y emoción en los momentos en que la película más lo requiere. Dentro de su corrección política, el filme nos otorga espacios musicales, interpretaciones y diálogos lo suficientemente especiales como para ganarse su lugar entre las mejores de 2018.
Calificación personal: 8/10.