Si hay un género que ha evolucionado a través de los años en el cine es la acción. Hacer una película de acción hace 50 años, incluso hace 10, no es lo mismo que hacerla hoy en día, pues en una realidad actual donde cada vez más nos sorprendemos menos, presentar una propuesta atrevida se hace cada vez más difícil de imaginar, de ejecutar, y de filmar. Para muchos, incluyéndome, John Wick revivió el género de acción en 2014, y casi 10 años después sigue trayéndonos una absoluta locura de película que pone la acción por encima de todo, incluso la lógica y la física.
“John Wick: Chapter 4” mistifica a Keanu Reeves, lo solidifica como un ícono de la acción y ciencia ficción en el cine de este siglo, me atrevo a decir que su leyenda se aparea con como nos referimos a Chuck Norris hoy en día, imparable, de pocas palabras, y con un norte difícil de identificar. Siento que a este punto en la franquicia ya los creadores pretenden crear una línea muy fina entre el propio Reeves y su personaje de John Wick. Es por esto que nuestro protagonista se mantiene al margen de los diálogos en esta película, dejando todo tipo de explicaciones a los personajes secundarios que intentan darle vida propia al universo.
Y antes de entrar en las luces, creo pertinente mostrar un poco de sus sombras. John Wick nunca ha sido mucho sobre lo que cuenta, pues lo que una vez fue una lucha por supervivencia en búsqueda de venganza, en esta cuarta entrega se siente como un naufragio de objetivos para nuestro personaje principal. Keanu Reeves casi no habla en esta película, dándole muy poco espacio para justificar sus muy cuestionables decisiones. Todo lo que ocurre a su al rededor, y a las pocas personas a las que le tiene algún tipo de aprecio, es absolutamente su culpa.
En esta versión de John Wick, dónde la creación del universo (derivada del éxito de su primera entrega) es más importante que la propia historia de Wick, no evitamos sentir la sensación de que ya no estamos viendo a un personaje vivo, sino más bien a un protagonista hecho para llevar a la audiencia a través de niveles de acción que se van superando mientras pasan los minutos. Esta sensación de video juego de dos dimensiones puede sacarte por completo de lo más importante en una película de acción, las apuestas.
Muy pocas veces en el transcurso de la película nos sentimos con miedo de que algo verdaderamente amenazante le ocurra a nuestro protagonista mientras batalla las más imposibles posibilidades. Y por eso puedo decir que, por primera vez, el personaje de John Wick no fue lo mejor de su propia película. Lo mejor recae en lo técnico, como fue realizada la película, mientras nos apoyamos de algunos muy interesantes personaje secundarios que, a diferencia del personaje principal, sí cuentan con motivos, miedos, debilidades y demás características que le dan vida a una persona.
Pero de nuevo, la mayoría de nosotros no vamos al cine a ver John Wick pensando que será una historia que nos cambiará la vida, es probable que lo único que busquemos son dos horas, en este caso tres, de tiros y peleas, literalmente. Y en esto hay que darle todos los méritos a sus creadores, las coreografías de acción superan todo lo que hemos visto antes en la saga, hasta el punto en que se vuelve desafiante intentar pensar cómo filmaron todo esto. Secuencias de acción que dan la sensación de ser interminables.
La película otorga mucho de su metraje a expandir su universo, llevándonos a diferentes locaciones, y presentando personajes que abren la posibilidad a contar sus propias historias. Y aprovechándose de esto, utiliza las secuencias de acción para mostrar las diferencias entre los personajes. Por alguna razón me dio la sensación de que todas las ciudades en este mundo cinematográfico son tipo Ciudad Gótica, donde locuras ocurren a diario y nadie se cuestiona nada y la presencia de una autoridad es inexistente.
Shamier Anderson, Bill Skarsgård y Clancy Brown interpretan personajes secundarios nuevos que permiten darle profundidad a la historia, mientras Laurence Fishburne e Ian McShane continúan su legado dentro de la saga. Cerca del final hay dos secuencias de acción que justifican absolutamente cada minuto malgastado de la película, que aunque tiene apuestas cuestionables, logra cautivar a un público que sabe a lo que va. John Wick probablemente nunca sea sobre su historia, pero creo que ya es tiempo de dejar descansar el personaje y aprovechar el universo.
Calificación personal: 8/10.