La violencia es inherente al ser humano, de alguna forma nuestro concepto sobre lo que está bien y lo que está mal es aprendido, dictado y orquestado por una sociedad que logra organizar parámetros morales que se sitúan dentro de los paréntesis de lo correcto. La soledad saca nuestro verdadero yo, la comunidad y el temor a las consecuencias emocionales y físicas son lo que nos mantiene dentro de un pequeño espectro de estabilidad. ¿Pero qué ocurre cuando alguien es pisoteado, no escuchado, violentado, enfermo y no tiene nada qué perder?
El Joker siempre ha sido uno de los villanos más icónicos en la historia del cine, las tiras cómicas, los superhéroes y la cultura pop en general, y lo que distingue a Joaquin Phoenix de sus pasadas interpretaciones es la tenebrosidad que causa el sentir su cercanía. En la sociedad actual, y me atrevo a decir que desde siempre en la comunidad humana, han existido personas como Arthur Fleck, enfermas, pisoteadas, y en un conflicto total con la moralidad. Personas que encuentran refugio en la soledad y escucha en las consecuencias de sus actos violentos.
Phoenix engrandece su actuación al presentarnos una persona desconocida en un personaje repetido, cuya mayor frustración se ve reflejada en una risa patológica que termina presentando un trasfondo importante sobre el pasado de este. Sus movimientos retorcidos, expresiones faciales y penetrante mirada nos proyectan un espejo del alma de un psicópata recien nacido. Directamente inspirado en Travis Bickle de “Taxi Driver” y Rupert Pupkin de “The King of Comedy”, la presencia de Scorsese está desde la estructura del personaje hasta el ritmo de la historia. Sin dudas la mejor actuación de lo que va de año y en mi opinión la más completa y grandiosa interpretación del personaje.
Una película sobre un personaje de una tira cómica, que termina siendo un thriller psicológico con la suficiente libertad creativa como para homenajear el cine, hablarnos sobre los sentimientos más oscuros de la realidad humana, deleitarnos con su banda sonora y mantenernos al borde del asiento con una inimaginable tensión, y un resultado aun más sorpresivo. Es increíble como en los primeros minutos de la cinta conectamos con su protagonista hasta el punto de saber sus pensamientos, y Phoenix se encarga, junto con la trágica trayectoria de su personaje, de desapegarnos por completo del supuesto conocimiento de lo que está ocurriendo en la mente de esta persona.
Todd Phillips logra darnos una película que parece poder transmitir los mismos sentimientos viéndose totalmente muda. Es tan poderoso lo que se cuenta y de la manera en cómo se cuenta que aun soportando gran parte de su calidad en su música, me puedo imaginar sintiendo los mismos estragos viéndola sin escucharla. Una Ciudad Gótica apegada a la realidad, utilizada para servir de reflejo a nuestra sociedad actual. Y aunque terminan siendo sus escenas más clichés, no se siente forzada la introducción del universo en lo que parece ser una película tan alejada del tono del Caballero de la Noche.
Lo que ocurre con Joker es que presiona fibras importantes en los sentimientos de empatía, causando una controversia interna interesante en su audiencia. Joaquin Phoenix se aprovechó de su protagonismo para dar la variación más real, única y espectacular del personaje. Una interpretación merecedora de todos los galardones. La ejecución del filme es cuasiperfecta debido a su estudio y desarrollo de personaje, su ubicación en este universo tan amado es la cereza en el tope del helado. De por sí la película es excelente, y luego de esto es que nos damos cuenta que resulta ser de uno de los villanos más importantes de los últimos tiempos.
Calificación personal: 9/10.