Tenía desde 2016 que no veía “Mr. Robot”, me di cuenta que era mucho tiempo cuando vi que nunca había escrito sobre la serie aquí, de hecho, ni siquiera recuerdo haber subido un tráiler o publicación al respecto hasta recientemente cuando la retomé. En 2016 fue que inicié Seventh Art Studio, fue que comencé a escribir sobre lo que veía y a partir de ahí, mi propia percepción sobre las películas y series ha cambiado y madurado mucho.
Cuando dejé Mr. Robot fue cuando acabé la segunda temporada, recuerdo que me gustó, pero no estoy seguro de si me encantaba, la pensaba como una serie más con espectaculares plot twists. En esta cuarentena decidí retomarla, y la sorpresa no pudo ser más grata. Hoy hablaré sobre la tercera temporada, penúltima, y donde la narrativa de esta historia que nos cuenta su creador Sam Esmail, comienza a transformarse desde una épica sobre un hacker vigilante, a la historia de los humanos detrás de lo que nos están contando.
Elliot, Angela, Darlene y Tyrell se comienzan a ver mucho menos distantes, y vemos muchas frustraciones con lo que hasta ahora ha sido su realidad. Esmail lleva la dirección de sus episodios a otro nivel, con uno que logra la hazaña de estar montado para parecer un plano secuencia sin fin. El arco narrativo del “hack” que nos vienen tentando desde la primera temporada llega a una clausura sorprendente, mientras las pistas sobre lo que nos espera en la última temporada son lanzadas a migajas como si fuéramos un rebaño.
Sam Esmail es de los creadores que mejor sabe controlar a su audiencia. Pronto les escribiré un poco sobre la cuarta temporada. Pero desde ahora les digo, si no la han visto, denle. Mr. Robot siempre será el magnífico ascenso de Rami Malek, pero todas las actuaciones son dignas de comparación, incluyendo la introducción del siempre excelente Bobby Cannavale en esta temporada. Sin duda an underrated tv show.
Calificación personal: 9/10.