Último día del año y el 2021 me guardó lo mejor para el final. ¿Será que el cine nos funciona para escapar de la realidad? ¿O son las historias que contamos, las que verdaderamente se merecen ser contadas, la realidad pura y simple? En su estado más crudo el cine es un espejo enorme, que no solo muestra la belleza y la nitidez del exterior, sino los dolores del alma.
Así que quizás juega un doble papel, de hacernos escapar mientras se siente tan cercano como la mirada de una persona amada. “The Hand of God” es una película semi auto-biográfica de Paolo Sorrentino, que muestra de manera simbólica el surrealismo italiano mientras se apega a los elementos más personales de la juventud del aclamado director.
En su pasar se siente como un recuento pero la realidad es que está repleta de retrospectiva, de cuando miramos atrás y nos damos cuenta de los momentos en que fuimos felices, cuando hubo dolor, libertad, pasión y esperanza. Pero no solo las emociones, sino también sus diferentes causas.
¿Es la esperanza y querer escapar suficiente para contar una historia? ¿Para vivir? En afrontar el dolor es que se encuentra la clave, pues cuando lo conoces, cuando le permites hacerte llorar, ahí es cuando realmente sabes quien eres. Conocerte es solo suficiente cuando tienes las herramientas de hacer que otros se conozcan, y viendo esta película, cuya misión es acordarnos a mirar al futuro mientras nos deja saber que sin el conflicto no progresamos, me acordé quien soy. Gracias Sorrentino, gracias 2021.
Calificación personal: 10/10.