Para mí hay muy pocos grises en el género de horror, muy pocas veces he visto una película de horror que haya sido “más o menos” buena, casi siempre estoy entre que me gustó, o la odie. Y siento que esto se traduce a que es muy fácil que este género salga mal, un giro inadecuado en tu historia, una música que cambia por completo el tono, o una actuación no convincente, y la película pasa de ser aterradora, a un chiste.
Leigh Whannell, director de “The Invisible Man”, es un veterano del género. Viene de escribir las increíblemente exitosas en taquilla, “Saw” e “Insidious”, tan atrás como 2004. Se pudiera decir que el guionista conoce el morbo, y aunque estas franquicias se hayan podido tergiversar en el camino, sin duda tuvieron un inicio exitoso, que atrajo a las masas y dejó a más de uno sin dormir.
No fue hasta 2015, con la tercera entrega de “Insidious” que se tomó la libertad de sentarse en la silla de director y empezar a dirigir sus guiones de suspenso, misterio y horror. Dando un paso adelante en 2018 con la increíblemente dirigida “Upgrade”, que mezcla la ciencia ficción con el horror y la acción. Esta vez se apoya de uno de los cuentos más clásicos del género, el hombre invisible, para intentar darle un giro a lo que conocemos y modernizar la historia.
Elisabeth Moss es de lo mejor que le ha pasado a la pantalla chica y grande en los últimos años, una actriz completamente capaz de dar vida plena a sus personajes, experta en hacer sentir desesperación con sus hipnotizantes ojos, alejada de parámetros de belleza, cuestionando por completo el concepto de una protagonista. Créanme cuando les digo que pronto veremos a Moss cargando su estatuilla. Moss carga con “The Invisible Man” en sus hombros, de alguna forma lo mejor de la película no es su muy efectivo suspenso, sino la capacidad de la actriz de hacernos cuestionar si lo que está sucediendo es real o no.
Aquellos breves momentos donde Whannell logra engañar a su audiencia se destacan en la película, haciendo de su primer y segundo acto lo mejor. Pero no me cabe duda que se debían cumplir ciertas cuotas con este “blockbuster” integrante de un importante catálogo de películas, cuotas que definen por completo sus giros y que obligan a sus creadores a introducir ciertos clichés. Su sonido y música son grandiosos, haciendo de la película una experiencia para ver en el cine, pena que ahora mismo no se pueda.
Hasta ahora las dos películas que llevo de este director me han gustado, constante colaborador de James Wan, no me sorprendería si algún día se aleja de los estudios y nos sorprende con una historia de horror merecedora de nuestra completa atención. Pueden verla, les aseguro que se van a entretener.
Calificación personal: 7/10.