Para nadie es un misterio que “The Mandalorian” revivió Star Wars. De vuelta a finales de 2019 cuando estrenó su primera temporada, todo el mundo celebraba como la serie se inspiraba en los elementos que hicieron de la trilogía original algo que millones de personas amen, mientras a la vez se apoyaba de las nuevas tecnologías para devolverle lo raro a Star Wars, presentar mundos y personajes nuevos, y aferrarse a la nostalgia como fuente principal de inspiración para halar su historia.
Con el éxito cementado en el formato de series, Lucasfilm decidió seguir expandiendo y gracias a “The Mandalorian” tuvimos series regulares como “The Book of Boba Fett”, “Obi-Wan Kenobi”, la obra maestra de “Andor” y tendremos en un futuro cercano a “Ahsoka”, “The Acolyte” y “Skeleton Crew”. ¿Pero es realmente sustancioso lo creado en “The Mandalorian” como para justificar las tres series que se ubican en su misma línea de tiempo? La realidad es que en sus primeras dos temporadas la serie posiciona la nostalgia y las breves apariciones de personajes amados por encima de una línea narrativa rica y extensa.
Con momentos de emoción espectaculares, las primeras dos temporadas tienen pinceladas de lo que pudiera ser el libro de Din Djarin y Grogu, pero por momentos se siente como que están dejando mucho para poder seguir obteniendo más entregas. Ese no fue el caso con esta tercera, que se mantiene al margen de la presencia de personajes que le quiten el protagonismo a Djarin y Grogu, desarrolla plenamente personajes secundarios importantes para la historia, y le da una presencia importante al antagonista que la serie tanto nos prometió.
Star Wars es absoluta y totalmente sobre su lore, su universo y las reglas pre-establecidas que están presentes en él. Lo bueno de la tercera temporada es que expande el lore, agranda lo que conocíamos sobre los Mandalorians y Mandalore en el canon, nos presenta un poco sobre el pasado de Grogu, respeta esta raza que lleva el título de la serie y ubica absolutamente todo su conflicto al rededor de ellos. Pues qué mejor que en una serie llamada “The Mandalorian”, ver Mandalorians de todos los distintos sabores y tamaños en todos los episodios, mientras a la vez la historia se mantiene lo suficientemente interesante como para teorizar sobre ella.
Y aquí mi mayor positivo de esta temporada. Anteriormente la serie se sentía mucho como un video juego, incluso en las interacciones con algunos personajes, que al estar presentes en lo “raro” de Star Wars, sufrían de ser muy superficiales. Antes muchos capítulos contenían su propia historia y esto hacía que los protagonistas de la serie se sintieran como personajes de un juego yendo nivel tras nivel. En esta temporada la cosa iba más conectada, y aunque definitivamente hubo episodios con elementos de mucho relleno, el sentimiento general era que todo estaba conectado.
La serie está ubicada en un espacio extraño de la historia de Star Wars, pues con el Imperio abajo, el conflicto debe ser muy bien estructurado para conectarse con la trilogía de la secuela. Es por esto que aquel sentimiento de espionaje que usualmente transmite Coruscant es muy bien recibido (ehm ehm Andor). Aun así, la serie no es perfecta, por momentos cae en lo que muchos llaman el efecto “Disney” de lo “perfecto”, principalmente en el final. Y la lógica dentro de las reglas pre-establecidas de Star Wars sufre algunas veces.
“The Mandalorian” fue pionera en la tecnología LED de los estudios para filmar en tiempo real mientras se modifican los fondos de los personajes y la maniobra de arte se mantenga al mínimo. Pero creo que en algunos momentos esta tecnología les sirve como cuchillo de doble filo, porque mantiene mucho a los personajes en un ambiente que se siente de dos dimensiones, principalmente en escenas donde el CGI está muy presente. Aun así, esta temporada hace un esfuerzo enorme en sorprendernos con su fotografía, dándonos planos muy solicitados y nunca antes vistos en Star Wars.
Ya anunciaron que vendrá una película para cerrar la historia de “The Mandalorian” y todas las series spin-off que se interconectan, aunque probablemente venga una nueva temporada antes de esto. Sin decir spoilers, me emociona el camino que Star Wars y “The Mandalorian” están tomando en la pantalla chica, pero tampoco creo que fuera saludable mantener esta serie por muchas temporadas más. Creo que con una más, y la película, mantendrá a Din Djarin y Grogu como dos de los personajes más queridos en toda la saga.
Calificación personal: 8/10.