Dirigida por Jason Reitman, escrita por Diablo Cody y protagonizada por Charlize Theron y Mackenzie Davis. En un verano donde abundó la acción, el suspenso, la comedia y las grandes producciones, Reitman y Cody apostaron a un pequeño pero inmenso drama que nos presenta nada más y nada menos que la vida misma.
Esto no es una sorpresa proveniente de este dúo detrás de cámara, quienes ya nos habían mostrado ‘Juno’ y ‘Young Adult’, las cuáles, dentro de su propia idea, no hacen más que retratar la vida tal cual es. Sin embargo, en mi opinión, Tully es su mejor trabajo. Con un elenco liderado por Charlize Theron, que viene de una impresionante y diferente Atomic Blonde para ahora brindarnos la viva representación de la maternidad.
Con cada expresión y con cada gesto, de repente vemos el esfuerzo y trabajo que han atravesado todas esas mujeres que llamamos mamá. Pero también Davis, dándonos juventud y Ron Livingston, dándonos amor. Podemos durar horas hablando de todas las características técnicas que hacen de Tully algo especial, pero lo que yo he decidido considerar es su trasfondo.
Cada plano de aquella hermosa fotografía ubicada en interiores, aquel diseño de producción y ese impecable uso del sonido, permiten que todo lo que se enseñe en pantalla baile al ritmo de las palabras escritas por Cody. Sin duda, la composición de aquel increíblemente bien pensado guion es lo que hace que el filme trascienda. Todo lo que crees tiene un significado, realmente contiene un trasfondo enorme respecto a la vida.
Cómo debes de vivir, cómo influyen las decisiones que tomas, hasta que punto dejas de pensar en ti, qué estás dispuesto a hacer por tu libertad emocional, dónde recae la felicidad en una vida común y corriente donde abunda el querer. Tully es de estas películas que te muestran tu propia vida, sin tener que contarte algo parecido a lo que has vivido. Tully es de estas películas que ves una vez, la comprendes, y cuando la repites vez un filme completamente diferente.
Calificación personal: 8/10.