Escrita y dirigida por Woody Allen. Ubicada en Coney Island durante los años 1950, Wonder Wheel cuenta una simple historia de drama con un toque de crimen, infelicidad y triángulos de amor. Lo que a veces ocurre con las historias de Woody Allen es que el enfoque a sus personajes se vuelve muy intenso, se nota su profundidad en el desarrollo de los mismos sumergiéndolos en distintos perfiles psicológicos, pasados perturbadores, y un montón de características que terminan definiendo la película y siendo la razón por la cual te gusta, pero sin embargo se nota como deja la historia un poco de lado, volviéndola muy simple.
Y no me mal interpreten, esta simpleza es la que en momentos ha hecho a Woody un gigante en su trabajo, haciendo énfasis en su comedia. Pero en el caso de Wonder Wheel, por alguna razón, narrativamente, te quedas esperando más. Visualmente impresionante, se nota la mano del veterano cinematógrafo y ganador del Oscar, Vittorio Storaro.
Una fotografía delicada y con un muy buen uso del color, es como si la estética esta vez fuese un punto importante en la ubicación de la historia de una película de Tío Woody. Kate Winslet realiza un papel esquizofrénico genial, le da vida al clásico personaje Allen poniendo una actriz más en la línea de muy buenos personajes de Woody. Justin Timberlake y Juno Temple hacen un muy buen trabajo, enfocando el primero como narrador. Jim Belushi, sin embargo, me dejó muy desilusionado.
Queriendo incursionarse en la temática de la mafia, pero también queriendo mantenerse concentrado, el filme lucha para encontrar un punto medio, quedándose un poco corto en lo que fue la motivación inicial que desató la línea de eventos. En fin, con una cinematografía hermosa y distinta a la mayoría de los trabajos que hemos visto de este director, y con personajes muy bien desarrollados dentro de una historia que realmente no lo está. Wonder Wheel cae dentro del espectro de un buen filme, pero ni se acerca a los grandes trabajos de Woody.
Calificación personal: 7/10.