Existe una razón por la cual amamos estas películas, más allá de la acción, la aventura, los chistes y lo épico que vemos en pantalla. Esa razón puede ser definida en dos cosas, la inversión que hacemos en los personajes, la empatía que creamos y el sentimiento de descubrimiento e identificación a la que podemos llegar un un superhéroe, y la inmensidad de sus alrededores. El mérito de Marvel se determina en la grandeza de su universo cinematográfico, más allá de las taquillas vendidas, existe un verdadero récord y es el de crear un mundo de más de 20 películas relacionadas entre sí, sobre personajes distintos y de alguna forma lograr una continuidad y lógica narrativa exquisita. Sin dudas algo sin precedentes en la historia del cine pero más aún, algo muy difícil de repetir.
Avengers: Endgame es absolutamente todo lo que pensábamos y queríamos como fanáticos y seguidores de estos personajes. Escalando por un terreno rocoso para vivir a sus inmensas expectativas, es muy difícil pensar en una mejor forma en la que se pudieron haber desarrollado los eventos posterior a lo que vimos en Infinity War, hacer una especie de cierre y lograr rejuvenecer la franquicia. Sin duda hay unos que otros huecos que golpean la exquisita continuidad de los eventos del Universo Cinematográfico de Marvel, pero sin tener que abundar mucho en estos, la película logra su cometido de responder preguntas, emocionarnos cuando tiene que emocionarnos, tranquilizarnos cuando tiene que tranquilizarnos y hacernos llorar cuando debemos de llorar, completando una grandiosa montaña rusa de emociones que promete una experiencia favorable sin importar las veces que se vea la película.
Con un metraje de tres horas, es totalmente impresionante como el ritmo del filme nos hace sentir como si nosotros mismos estamos teniendo una experiencia en el Quantum Realm. El tiempo pasa volando mientras la película se introduce en las entrañas del MCU. Pasan tantas cosas y hay tanto a lo cual prestarle atención en las primeras dos horas que ya cuando entramos al tercer acto y lo verdaderamente épico inicia queremos que se alargue tres horas más. Haciendo referencias a todo lo que hemos visto anteriormente, sí, a las 21 película previas, a los aspectos más específicos de cada personaje y tentando sobre lo que podríamos ver en el futuro. Endgame se da cuenta de su posición, se da cuenta de como debe de servir como cierre de arco narrativo para algunos de nuestros personajes favoritos, y dar espacio a lo próximo.
Parte del camino es el final señores, es muy difícil pensar en qué será lo próximo que venga en la cultura pop que nos hará sentir de la manera como el MCU nos hace sentir. Manteniendo un estilo y la fijeza de sus personajes, es increíble como cada momento de la película, su estilo cinematográfico, su música y guión se adaptan a los protagonistas de estas historias. Sirviendo como un cierto homenaje a lo que se va, a lo que se queda y a lo que viene. Con referencias e inspiraciones de grandes películas, la cuarta entrega de Avengers se gana su puesto en el cine, no solo por sus números, sino también por lo que representa para toda una generación de seres humanos. La hazaña de Marvel hace que hayan creado el evento cinematográfico más que ha visto el siglo 21 hasta ahora.
Calificación personal: 9/10.