La serie que todo el mundo está viendo y que desde ya se convirtió en la serie de habla no inglesa que más personas han visto en Netflix. Pero, ¿Por qué tanto sonido? ¿Por qué la adicción a esta serie española que supo colarse dentro de nuestras listas para ver? La Casa de Papel, con un preámbulo bastante simple, sabe explorar su género de crimen, suspenso y misterio.
Utilizando técnicas muy viejas dentro del contenido televisivo, la serie conoce cómo manejar a su propia audiencia para engancharlos y no dejarlos ir nunca en cuanto a historia y empatía con sus personajes. Con muy buenas actuaciones por parte de la mayoría del elenco, la serie se permite no contar mucho, es decir, de alguna forma frisar el tiempo y que por momentos, el tiempo que ves en pantalla es el que realmente se está viviendo dentro de la misma.
Esta técnica le permite a los creadores concentrarse en cada uno de los personajes y darle mucho más carga emocional a lo que estamos viendo. En su primera parte, la serie contiene muy pocas fallas. Los personajes son desarrollados, la historia está perfectamente ubicada, y la tecnicidad sabe manejar muy bien el suspenso y el crimen, con uso de escenas retrospectivas y narración, para mantenerte en un entretenimiento sin fin.
Sin embargo, ya para la segunda parte se nota como nos vamos incursionando en el no saber cómo acabar esta historia. Y es que algunos personajes se distancian por completo de lo que les han estado desarrollando hasta ahora, llevando la serie, poco a poco, a episodios finales repletos de clichés e infinitamente predecibles.
En fin, la serie inicia muy bien, conoce su camino y se esfuerza en mejorar en cuanto a personajes, ubicación y calidad actoral. Pero ya para cuando va acabando se pierde dentro de sí misma. Otra cosa es que, mientras la veía no dejaba de pensar en su gigantesco parecido con otra serie que muchos vieron y muchos amaron, Prison Break, y no sé si eso es positivo o negativo. No tengo idea que van a contar en la tercera parte.
Calificación personal: 7/10.