Cuando decidí embarcarme en el camino del cine, tanto en la parte administrativa como creativa, mi principal combustible fue, y sigue siendo, el gigantesco potencial que tienen nuestras historias. Soy un fiel creyente de que debemos escribir lo que conocemos, y contar lo que tenemos cerca.
“Malpaso” es la más reciente película del director Héctor Valdéz, que decide trasladarse a aquella distante frontera para muchos, pero innegable realidad dominico-haitiana. Ubica su conflicto no en la pérdida de sus protagonistas, sino en nuestro conocimiento de que esta es la cruda realidad de miles de jóvenes que viven en lo que puede sentirse como un hoyo negro.
La película utiliza su locación para incluir misticismo, y permitir que el caos gobierne su diseño de producción, tan real por estar tan poco manipulado. La dirección de Valdéz se siente correcta, arropada a una historia que depende mucho de su tercer acto y en el interín puede sentirse desconcertante.
Pero sin lugar a dudas lo más especial es su score original por Pascal Gaigne y su absolutamente hermosa fotografía a escala de grises por Juan Carlos Gómez. Haciéndola la primera película dominicana en blanco y negro que tengo la oportunidad de ver. Buena película, pero mucho mejor es ver hacia donde ya nos vamos encaminando como industria.
Calificación personal: 7/10.