ROMA (2018) – RESEÑA

Roma

Escrita y dirigida por Alfonso Cuarón y protagonizada por Yalitza Aparicio. El cine es mi pasión por como me hace sentir, una única razón muy fácil de señalar pero increíblemente difícil de explicar. Una vez descifras el modus operandi de las personas, te das cuenta de que somos completamente predecibles, pues operamos bajo la base de razones y/o sentimientos muy distinguibles, siendo el amor y la familia dos de los principales. “Roma” es una historia íntima de su director, que logra transmitir emoción, dolor y amor por la universalidad de nuestras emociones.

Ubicada en un México setentero, al rededor de una familia de clase media-alta pero a través de los ojos de su Nana, Cleo, el filme utiliza su diseño de producción, su delicadeza, sus relaciones y su sentir acogedor, para que la nostalgia reine. No veías un pasado remoto de quien puede parecer un extraño, sino que te sientes acorralado por tus propias experiencias y vivencias que se proyectan en ti a través de lo que sienten los personajes principales. Con un trasfondo socio-político importantísimo, las casi improvisadas actuaciones se balancean entre la realidad y la ficción.

Roma 2

Cada interacción, cada razón de actuar, razón de decidir y tomar una decisión respondía a una serie de parámetros y experiencias muy comunes para la época. Es como si Cuarón hubiese filmado la película hace 45 años, y recién ahora haya decidido estrenarla. Un universo sonoro impresionante, desde un crayon dibujando en un papel hasta una bala siendo disparada, cada sonido se encuentra perfectamente colocado dentro del contexto y movimiento de cámara al que pertenece. “Roma” identifica sus alrededores para mostrar su gentileza e inocencia. La ciudad como el alboroto, la playa como el escape.

El trabajo de Cuarón como escritor, director y director de fotografía sobrepasa la perfección. Sus palabras sobre el detrás de escena y como su intención de generar caos fue lo que llevó a la propia naturalidad de los eventos es simplemente el trabajo de un genio. Su músculo narrativo logró colocar sus personajes en situaciones reales, con experiencias reales y reacciones reales. Su utilización de paneos y una combinación entre planos detalle y planos generales para manejar la tensión y la expectativa es magistral. Sus planos secuencia en dolly no dan cabida a imaginarse el trabajo que esto conlleva. “Roma” se distingue por su inmenso trabajo cinematográfico pero trasciende por su inmensa historia de maternidad y profunda conexión humana contada en escala de grises.

Calificación personal: 10/10.