THE DEVIL ALL THE TIME (2020) – RESEÑA

The Devil All the Time

Queramos o no, la historia humana es una de violencia. Por una calamidad o la otra, ya sea lujuria, necesidad o pura ignorancia, a través de los años si hay algo que ha permanecido es nuestra inmenso retorno al conflicto. Esto es alimentado por el más grande de nuestros demonios, la imposibilidad de, absolutamente todos, estar de acuerdo en aunque sea una cosa. 

El año pasado Antonio Campos dirigió una gran película titulada “The Devil All the Time”, cuyo mayor mérito se encontraba en su estructura, pues al abarcar una historia que ocurría en dos generaciones, la película logró hacer un relevo perfecto de nuestro interés en el desarrollo entre dos personajes distanciados en el tiempo. 

En su núcleo es una película sobre violencia, y su título es bastante alusivo a como esta, y sus consecuencias, no son discriminantes en el tiempo. Pero como sabemos, la violencia no siempre es física, mucho menos cuando vemos de reojo sus causas, pues sin lugar a dudas existe la brutalidad desde mucho antes de que se lance el primer puñetazo o se dispare el primer tiro. 

“The Devil All the Time” acaricia sus personajes hasta el punto preciso de creación de curiosidad y veracidad de sus acciones, pues en un mundo de psicópatas, los cuerdos no salen a relucir. En la constante búsqueda por la normalidad y añoranza de lo común, combinado con una represión social y religiosa, sus personajes simplemente cavan y cavan un agujero más profundo. El casting aquí estuvo de primera en lo que creo es mi papel favorito de Tom Holland fuera del MCU, pero Holland tan solo es la punta del iceberg que también incluye magníficas actuaciones de Eliza Scanlen, Robert Pattinson, Bill Skarsgard, Riley Keough, Jason Clarke, Sebastian Stan y Harry Mealing. Esta película se merecía más atención.

Calificación personal: 8/10.