El metacine está como de moda. Y me parece interesante poder comenzar a escribir sobre esta película así, pues al imaginármela nunca pensé que mucho de su protagonismo se vería reflejado en el arte de contar historias. Guy Ritchie regresa a su adorado estilo inicial de “Snatch”, “RocknRolla” y “Lock, Stock and Two Smoking Barrels” en una película escrita, producida y dirigida por él, donde el guion y los diálogos se apoderan por completo de la capacidad que tiene el filme de enganchar e interesar, o no, a su audiencia.
Un reportero le cuenta, a uno de los implicados, la historia real, sobre la cual escribió un guion cinematográfico, sobre una fallida transición de poder entre varios jefes del mercado de mariguana en Inglaterra. Todo en búsqueda de chantajear y no publicar la historia que maltrataría a las partes involucradas. Giros, acción, comedia y un montón de extravaganzas hacen de la película una inusual pero entretenida experiencia. Con un elenco liderado por hombres, Ritchie se encargó de entregar los mejores papeles a actores que pueden vivir a ellos, nunca dejando de lado el doble sentido satírico de su cinta.
Hugh Grant está espectacular, probablemente el mejor dentro de este elenco de estrellas, seguido de un magnífico Colin Farrell. El hecho de que, de alguna forma, sus personajes son secundarios, nos permite disfrutar aun más su histérica presencia. Matthew McConaughey, siempre genial, se encuentra acompañado de una inolvidable Michelle Dockery mientras por igual se empareja con Charlie Hunnam, entregándonos un duo que nunca supimos que necesitábamos. La presencia de estos actores intenta agrandar la película hacia el género de crimen sobre el cual se quiere desarrollar, pero siempre se ve arropada por la importante presencia de la comedia en las palabras de Ritchie.
The Gentlemen es un tipo de regreso a casa para su director, es una película de comedia, crimen y acción que intenta introducir desde la droga, la mafia y las peleas callejeras, hasta la política y el lado oscuro del periodismo. Es como si su creador haya querido gritar de manera caricaturesca sobre todo lo que está inundándonos. Por momentos sentía que no la estaba soportando, pero luego ocurría una secuencia, o una línea, o una acción o un chiste que me hacía disfrutar cada segundo.
Si les soy completamente honesto, está lejos de ser mi favorita de Guy Ritchie, su estructura no me permitió conectar lo suficiente con la historia, como sé que pude haberlo hecho de haberla tratado de manera distinta, pero sí debo de aceptar que el guion de Ritchie se encuentra muy cerca de la locura, cosa que llegué a disfrutar en varias ocasiones. Buena, nada muy espectacular. Aunque sigue siendo un upgrade después de Aladdin.
Calificación personal: 7/10.