Llega un momento en la vida de todo cinéfilo en el que simplemente te das cuenta que tienes que ver “The Sopranos”, ese momento llegó para mí y no puedo estar más emocionado. Al igual que con el cine, la televisión tiene una historia y Sopranos forma una parte esencial del ascenso del formato televisivo de calidad.
Sin embargo, debo de admitir que me encontraba dudoso, no es lo mismo ver una película que 6 temporadas, simplemente por el tiempo invertido vale la pena analizar bien si iniciar una serie o no. Con Los Soprano, el énfasis de mi duda se encontraba en que no conocía mucho más sobre el proyecto a parte de que era sobre la mafia italiana, lo que realmente debió ser suficiente. Pero no se, me encontraba estancado en que si no me gustaba, o no conectaba con los personajes, etc...
Qué feliz me siento de haber estado completamente equivocado. La serie es literalmente como mi serie perfecta, crimen, mafia, pero en el centro de todo personajes grandiosamente escritos, James Gandolfini como Tony Soprano es pura leyenda, no quiero imaginarme la experiencia de haberlo visto en aquel entonces.
En una realidad inundada en tragedia, al estar ubicada en la decaída de la mafia a final del siglo pasado y principios de este, definitivamente no estamos hablando de una historia esperanzadora, sino todo lo contrario, que promete despedazar cada pedazo de su audiencia encariñada con el villano. Aquí no hay improvisación, pura historia arraigada de un desarrollo constante de personajes principales y secundarios. ¡Qué enganchado estoy! Y qué feliz de que aun me quedan 5 temporadas.
Calificación personal: 9/10.