El conflicto es mostrado cuando el dogma es cuestionado, lo más reciente del director brasileño, Fernando Meirelles, se nos presenta como una película que abarcará uno de los eventos más icónicos de nuestros tiempos, la transición en vida del Papa Benedicto XVI al Papa Francisco.
Pero mi experiencia viéndola fue que la propia transición se volvía tácita mientras el filme transitaba dentro de la vida de su protagonista, el Papa Francisco, anteriormente, cardenal Jorge Mario Bergoglio. Su guion es magistral, desde su estructura, iniciando desde un momento crítico en la relación de ambos Papas, y apoyándose de manera muy efectiva en escenas retrospectivas.
Hasta sus diálogos, que te permiten adentrarte en el conflicto de pensamientos de estas dos figuras. Es como si verdaderamente sintieras que esas fueron las palabras que las personalidades más importantes de la Iglesia Católica se intercambiaron. No tengo idea cómo inicias a trabajar y a darle forma a una conversación entre estos dos pontífices.
Lo otro que trasciende son sus actuaciones, no me cansaré de decir que Hopkins es el papá de todo el mundo en ese departamento. Me hizo olvidar por completo que lo veía a él y sentía que estaba viendo a Benedicto. Sobre Pryce, totalmente impresionado, su interpretación es sutil, gigantesca y merecedora de galardones. No sé cómo nos haremos para premiar todo el que se lo merece en esta próxima temporada de premios. No se la pierdan mi gente.
Calificación personal: 8/10.