SIMÓN (2023) – RESEÑA

STILL - Protest March

Toma agallas hacer arte. Pues aun más allá de los egos y la parafernalia, queramos o no, tenemos una responsabilidad social de que nuestro arte comunique algo. Énfasis en el queramos o no, pues cada expresión artística va atada a un recado, y en la colectividad del cine encontramos un conglomerado de personalidades atadas a las creencias de todo aquel que tuvo algo que ver con hacer de la película una realidad. Dependerá de la fortaleza de esta unión si lo que vemos tiene alma y sentimiento, o no.

Lo más poderoso de “Simón” es su colectividad, la propia película lo dice, el éxodo más grande en la historia de Latinoamérica, la vida de Simón es la de millones de venezolanos y es imposible separar la película de la realidad, pues aun en su ficción, su alma y su sentimiento va amarrada a nuestro conocimiento de que lamentablemente, en pleno siglo XXI, hay millones de personas en esta situación. Cuando nos enorgullecemos del progreso y avances tecnológicos, política y socialmente hay países condenados al pasado, e injustamente y por la avaricia de pocos, su pueblo también.

STILL -Slihouettes

Diego Vicentini escribió, produjo y dirigió “Simón”, su ópera prima luego de varios cortometrajes, y la valentía que toma conocer tus alrededores socio-políticos y aun así decidir hacer de esta historia la primera que quieras llevar al cine, es digna de condecoración. Hay que estar muy seguro de tus decisiones creativas cuando decides contar la realidad tan presente y actual de millones de personas. Y aquella valentía rindió frutos cuando el contexto tan vigente de su historia le sirvió como motor para que su audiencia la sienta y sea vista por millones de personas, atrayendo una atención mundial.

Vicentini primero realizó un cortometraje titulado “Simón” con la misma premisa de la película, y fue la recepción de aquel cortometraje lo que le llevó a la decisión de embarcarse en esta historia como su primer largometraje. Desde el corto colabora con Christian McGaffney como protagonista, que hace un trabajo magnífico en representar el trauma, la desilusión, el esfuerzo y la constante batalla que se vive en la persecución política y la soledad de la inmigración forzosa. Realidad que arruga cualquier corazón que ha visto de primera mano lo reciente que es.

Screenshot

Sin entrar en nombres ni detalles políticos, de hecho sin mostrar una posición política específica ni secuencias que muestren la realidad pública violenta, la película logra mostrar los terrores e incertidumbres de los poderes totalitarios que han estado presentes en Latinoamérica desde el siglo pasado. Y sin atarse al morbo, nos muestra la impredecible violencia a la que son expuestos todos aquellos que tienen el valor de gritar algo en contra del negocio en el que se convierten los estados Latinoamericanos, algunos a la clara, y otros no tanto.

Sus secuencias en Estados Unidos están en sus mejores momentos en la soledad de Simón, creando en el personaje una especie de doble vida que nos despierta la hambre de respuestas frente a la realidad de lo que ocurrió. Su giro narrativo es magnífico, totalmente impredecible ante mis ojos experimentados, cosa que aprecio mucho en una película, mucho más una de esta índole.

STILL - Threatened

Es triste pensar que en el 2024 películas como estas no son historia, sino actualidad. Pero también es esperanzador saber que hay gente con las agallas de crear arte que vaya en contra de los sistemas creados para oprimirlos, que muestra la realidad actual de un país, una nación, un pueblo y millones de personas completas. Pues frente a la exposición a este arte, a esta historia llevada a la realidad por un colectivo que decidió dedicar su vida a hacer cine, el país conoce su historia, enciende los motores del cambio y hace todo lo posible por no repetirla.

Calificación personal: 9/10.

Theatrical Poster