En el centro de Batman ser el superhéroe más popular de DC, se encuentra una pura y única verdad: la gente se ve atraída a las imperfecciones de quienes hacemos llamar héroes de la pantalla grande. La bendición del Caballero de la Noche es, siempre ha sido y siempre será, sus icónicos villanos, que aunque definitivamente logran presentar amenazas retadoras para nuestro protagonista, por momentos simplemente brillan por sí solos.
Como si fuese tarea fácil, Matt Reeves, Robert Pattinson y un equipo de personas talentosas se embarcaron en el camino de traernos una nueva versión de este simbólico superhéroe. Y creo que dentro de mis pensamientos iniciales puedo definir esta película como el balance perfecto entre hacer sentir viva y real una Ciudad Gótica que tenemos tiempo viéndola apagada en el cine, mientras a la vez se apega a elementos muy básicos de las tiras cómicas.
¿A qué me refiero con esto? Si tuviera que elegir, creo que la ciudad Gótica de “The Batman” sería una de mis favoritas dentro de todas las representaciones que hemos visto en el cine. Pues el arduo trabajo de creación de universo realizado por Matt Reeves y Peter Craig nos presenta un ambiente que corre por sí solo, como si Batman fuese un personaje más y no tanto el protagonista. El crimen organizado se siente real, pero también la representación visual crea una presencia citadina que no reacciona sino que existe.
Esto es importante pues nos acerca mucho más a la posibilidad de los eventos de la película, que presenta un Batman de año dos, aun inexperto, repleto de rabia, confusión, en búsqueda de respuestas y dudoso del camino escogido. Apegado por completo a un pasado desconocido y que, aunque interesante, por momentos se sobre explica en los diálogos. Robert Pattinson pasa gran parte del ya extenso metraje de la película en su atuendo, quizás por mi propia impresión de que había algo que no cuadraba con su representación de Bruce Wayne.
Pero como sabemos, Bruce Wayne no es Batman ni Batman es Bruce Wayne y por eso estas películas dividen nuestras atenciones sobre las interpretaciones, en dos, pues aunque el Bruce de Pattinson no me haya encantado, su Batman sí, y sobre todo su potencial. Su química con la excepcional Zoë Kravitz es espectacular y su acercamiento a las líneas grises de lo que significa llevar el manto me mantenía dudoso de si este es el mismo Batman que tengo toda mi vida viendo.
Adoptando una estructura de cine detectivesco, la película no enfoca su atención en la acción, efectos o inmensas secuencias, sino en el rompecabezas creado por su antagonista principal escrito cuidadosamente, o no tanto, para ir conociendo el papel que juega Bruce Wayne/Batman en el propio por qué de su villano. Acordándome mucho a “Se7en” por la manera en que se juega con le psiquis de quienes intentan resolver el misterio.
Greig Fraser, su director de fotografía, se roba por completo la película. Hasta el punto de que lo que estaba en pantalla era más hermoso que interesante, incluso a veces algunos planos sobraban narrativamente, pero no molestaban por lo sublimes que se encontraban puestos. Juega con las sombras, los contraluces, la noche y los colores cálidos para mostrar aquella ciudad Gótica que mencionaba antes y a penas se acostumbra a su nuevo vigilante.
Por igual su compositor Michael Giacchino, que no solo acaba de venir de matarnos con la música de “Spider-Man: No Way Home”, sino que probó su expertise en superhéroes y en menos de un año supo homenajear todo el legado musical de dos de los personajes más icónicos de la cultura pop, Spider-Man y Batman. Un genio. Por momentos la cinta tenía problemas de estructura, y su duración pudo haberse recortado de manera significativa incluso en el complicado enjambre creado para poder contar sus varias historias y desenlaces.
Algunas escenas sufrían de ser demasiado largas, y otras de no tener suficiente contexto para que no haga ruido visual, así como también por momentos caían en la sobre-explicación. Pero con seguridad puedo decir que es uno de mis universos favoritos de Batman, por lo crudo pero a la vez fantástico de su entorno. Paul Dano, Jeffrey Wright, John Turturro y Colin Farrell acompañan excepcionalmente la película de Pattinson y Kravitz. Tras un proceso extenso de introspección sobre la escritura de cine, y más de 6 meses sin escribir una reseña de este tipo, me da mucha alegría regresar con la primera película de 2022 que veo, y una de las más esperadas del año.
Calificación personal: 8/10.