Si tuve que aprender a lidiar con algo durante la cuarentena, fue con estar encerrado. Aun siendo un fanático de la oscuridad y las películas, siento que gran parte de mi necesita el sol, los paisajes y la libertad del aire fresco. Por eso decidí empezar todas mis mañanas de cuarentena con “The World’s Most Extraordinary Homes”.
Una serie documental donde sus anfitriones recorren todo el mundo en búsqueda de, valga la redundancia, las casas más impresionantes y extraordinarias. Lo espectacular de la serie es lo ligera que es, mientras conocemos y viajamos el globo terráqueo completo, y vemos casas y hogares de ensueño, Caroline Quentin y Piers Taylor, son su carisma y expertise, respectivamente, logran digerir y humanizar estos lugares.
Acompañado de una música relajante, las casas se dan la oportunidad de estar en el programa ya sea por su magnífica arquitectura, diseño ecológico, extravaganza o escala. Conocemos a los dueños y arquitectos mientras en nuestra mente iniciamos a especular lo que haremos en nuestras propias casas. Ahora estoy viendo la segunda temporada, y ya estoy buscando otro programita así ligero para acompañar el desayuno cuando este se acabe.
Calificación personal: 7/10.