Mientras más lo pienso más me convenzo de que una de las partes más retadoras de contar una historia es la de darle respuestas a tu audiencia. Y no me malinterpreten, de por sí es una tarea ardua aquella de causar curiosidad y sumergir a las personas en un universo nuevo, donde detrás de cada escena surgen más preguntas que respuestas. Pero siento que la gente a veces continúa la historia en sus cabezas hasta el punto que la propia conclusión puede sentirse insuficiente.
Esto se ve muy a menudo, donde el cierre de películas y series no concuerda con las expectativas de la audiencia, por aquello de que ellos encuentren sus propias respuestas. Pero también ocurre a la inversa, donde un final, aun no respondiendo absolutamente todo, se siente satisfactorio. Y creo que esto es parte de lo que hizo a “A Quiet Place” exitosa en 2018, la película mantuvo un misterio durante gran parte de su metraje sobre la naturaleza de su figura antagónica.
No se permitió abarcar demasiado sobre un universo, o personajes externos, entendía que su poder se encontraba en conectarnos con cinco personajes, un elemento externo extremadamente peligroso y el poder del silencio. Pero no es solo que se permitió hacerlo, sino que la propia realidad de su historia forzaba a sus creadores a buscar elementos visuales para comunicarnos algo, lo poderoso de la primera entrega es que al no poder hablar, debemos encontrar respuestas observando.
Es por esto que una segunda película se sentía peligrosa, pues cuando la original establece como zapata el misterio y el desconocimiento, la segunda debía recostarse única y exclusivamente detrás de su historia. Y así lo fue, “A Quiet Place Part II” retoma inmediatamente los momentos luego de su primera entrega, y utiliza muy inteligentemente las escenas retrospectivas para introducir personajes que serían parte esencial de esta nueva historia.
La película nos tenta con la supuesta expansión del universo pero la realidad es que seguimos bajo la base narrativa de contar la historia de cinco personajes. ¿Qué ocurre? Las apuestas ahora son un tanto mayores, el suspenso no se siente tan amenazante al nosotros conocer a los monstruos hasta el punto de cómo derrotarlos. De por sí las escenas de tensión lo eran por las ganas que teníamos de ver a los personajes triunfar. Me parece impresionante la manera en cómo John Kransinski traspasa la narración visual de una película a otra, aprovecha todos los momentos en que pueda comunicar algo visualmente para hacerlo, en vez de literalmente decírnoslo.
Por momentos me desconectaban los brincos que se hacían para no abarcar demasiado, la película cuenta mucho con la suposición de su audiencia para no mostrarnos algo, pero esto le quitaba realidad al universo. Emily Blunt, Cillian Murphy y la magnífica Millicent Simmonds hacen un trabajo espectacular en sus papeles. Creo que lo que más me gustó de la cinta fueron los crosscuts que logró hacer Krasinski entre las diferentes líneas narrativas. En ningún momento nos olvidamos de un personaje por otro aun estando en lugares totalmente opuestos y manteniéndonos en el borde de la silla. Me parece una magnífica secuela, algo muy extraño para el género.
Calificación personal: 8/10.