ANATOMY OF A FALL (2023) – RESEÑA

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La verdad es subjetiva, dicen por ahí. Lo que a mis ojos se presenta como la única realidad posible, para otros puede contener matices que presenten un punto de vista nunca antes considerado. Matices que nacen desde las propias experiencias de vida, altamente personalizadas, pero también, impresionantemente comunes. “Anatomy of a Fall” es una película sobre detalles, donde cada decisión se percata de mostrarnos algo, o aun más interesante, crear un estímulo en la audiencia que nos lleve a nuestras propias conclusiones.

La película se esconde detrás de un drama legal, pero en su núcleo está el apasionante descubrimiento de los tormentos de una familia que se enfrenta a una tragedia. Y allí se presenta el primer gran triunfo de la cinta, pues aleja todo el morbo de lo sucedido y se concentra en quienes están detrás. El mismo guion se presenta, acercándose a su final, y deja de preguntarnos ¿cómo sucedió?, para concentrarse en el ¿por qué sucedió? El suceso que desencadena la película pasa a un segundo plano y nuestra atención se traslada a lo próximo, a la vida que sigue.

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Su directora, Justine Triet, maneja a la perfección las revelaciones en una historia dónde cada detalle, cada decisión creativa, técnica y narrativa, personalizaban un pensamiento, a veces común y a veces personalizado, que causa una cierta duplicidad en la experiencia de ver la película. Una cosa era lo que estabas viendo en pantalla, y otra totalmente distinta, pero igual de apasionante, era la que te hacías en tu cabeza en aquella constante interacción entre las revelaciones de la historia y nuestros pensamientos. Como si estuviéramos en discusión con la propia historia.

Tocando fibras importantes de la vida real, “Anatomy of a Fall” presenta personajes tan reales, que la línea entre el guion y las actuaciones parece indescriptible. Cuando las interpretaciones parecían tan naturales como una improvisación, de repente se introducía una línea de diálogo que nos sacaba por completo de la duda de si esto estaba escrito o fue improvisado. Por eso no temo equivocarme cuando pienso, y ahora escribo, que este es el mejor guion de este año. Pues conoce a sus personajes de una manera impecable.

Anatomy of a Fall

Como si fuesen sacados de la vida misma. Y así mismo se presenta su elenco, Sandra Hüller es algo fuera de este planeta, su naturalidad y manejo interpretando a una mujer a quien de repente se le desmorona la vida, pero debe mantener su temple, es perfecto. Pero la gran sorpresa me la llevo con el joven Milo Machado Graner, cuya interpretación revienta absolutamente todas las barras de realidad/ficción. La traición, el engaño, el dolor y el amor son descubrimientos que se van sintiendo desde la más mínima mirada, hasta el más ligero movimiento de cámara.

La película conoce su historia, su ubicación, su lenguaje e idiomas y nos permite mezclarnos en la confusión que todo genera, en lo abstracto de lo sucedido, en el engaño que nos quieren vender ambas partes y en como todo el engranaje se hace necesario para que conozcamos la realidad detrás de lo que ocurrió, pero sobre todo, la gente que está detrás, la gente que sigue. La historia es gentil frente los subtextos de depresión, tiempo perdido, guerras frías y competencia que se viven en toda relación, en todo matrimonio. Pero también es disruptiva en contar la absoluta verdad del comportamiento humano y las relaciones que lo rodean. Obra maestra.

Calificación personal: 10/10.